En mi soledad




Me sentía sola cuando él se iba.
Cuando ella llegaba, cuando todos estaban, cuando nadie aparecía...
Mi inmadurez llegaba a los extremos del suicidio.
Era sumisa de un bajo autoestima e hipersensible de cualquier gesto, palabra u omisión.

Llegué a ser un acertijo de muchos desastres.
La sensibilidad me tenía asco y la compasión lloraba a cada rato.
Entonces me encontré hostigada por mi propia sombra.
Necesitaba salir del abismo del que aún estaba cayendo.
Y nuevamente, sentía que tenía poco de estar en este mundo, pero con tanta experiencia para acabar con éste.

El dolor era parte de mí… 
Hasta creí hacerme la fuerte, reprimiendo todo, pero me di cuenta de que había personas a mi lado, queriendo llorar sin razón.
Como queriendo quitarme parte de mi sufrimiento,
sin reparar que tan roto estaba mi corazón.

Quiero pensar, que lo que he dañado, lo he reparado.
Que ya todo está olvidado.
Que no tengo vestigio alguno del pasado.

Pero sigo sintiéndome sola cuando él se va.
Cuando ella llega, cuando todos están,
cuando nadie aparece más que mi verdad.

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